31 enero, 2007

João e Maria

De todos lo que hacen música en lengua portuguesa, una de las pocas casi unanimidades – y la digo “casi” porque si fuera literalmente unanimidad lo sería porque no lo era – es Chico Buarque. Es uno de aquellos tíos que te hacen incapaz de elegir entre una canción favorita. Es un en múltiples: el político, el amante, el niño, el literata, el malandro (que sería algo como la mezcla entre el juguetón y el seductor, pero esa expresión únicamente brasileña de los años sesenta tendrá lugar aquí, oportunamente).
A mi todo en él me encanta, pero como nunca me pongo colgada en la pared de los ejemplos, se los digo, amigos, que esa es una jornada sobre la cual no se habla, se experiencia. Chico aparecerá en innumeras entradas en este blog y a los que no conocen o todavía no supieran apreciar su cancionero, aquí estarán algunas oportunidades.

Lo tratado hoy se pasó en 1976, cuando tenía treinta y dos años y acabara de escribir una letra para la canción que se le envió el maestro Sivuca (el apéndice es que Sivuca se murió hace un par de meses en Paraíba, su tierra natal, donde vengo también yo):

Sivuca envía una cinta con la melodía de la canción para que Chico la ponga una letra, y le dije que esa melodía la había compuesto desde hacia casi treinta años, lo que remitió Chico, inmediatamente, a la idea de niñez, de los juegos de hacer de cuenta, de las historias que inventaban sus hijas mientras corrían por el jardín, arrastrando sus carátulas.

A esas historietas de la imaginación de los críos (o los chicos, como Chico, pero que en portugués es el mote para Francisco), que las contaban siempre diciendo “ahora yo era”: ahora yo era la princesa, ahora yo era el pirata, ahora yo era... un presente que ya no es, porque no es real, porque no es presente, es un siempre, el pasado que vuelve porque hay todavía mucho en él con que jugar. Chico Buarque denominó esa facultad de desvirtuar el verbal, de caos temporal de los niños de pasado onírico, y a partir de eso, crió el concepto de su letra.

João y María es un sueño que los niños suelen soñar cuando despiertos:






La letra:

João e Maria
{letra: Chico Buarque / música: Sivuca}

Agora eu era o herói
E o meu cavalo só falava inglês
A noiva do cowboy era você além das outras três
Eu enfrentava os batalhões, os alemães e seus canhões
Guardava o meu bodoque e ensaiava o rock para as matinês
Agora eu era o rei
Era o bedel e era também juiz
E pela minha lei a gente era obrigado a ser feliz
E você era a princesa que eu fiz coroar
E era tão linda de se admirar
Que andava nua pelo meu país
Não, não fuja não
Finja que agora eu era o seu brinquedo
Eu era o seu pião, o seu bicho preferido
Vem, me dê a mão, a gente agora já não tinha medo
No tempo da maldade acho que a gente nem tinha nascido
Agora era fatal que o faz-de-conta terminasse assim
Pra lá desse quintal era uma noite que não tem mais fim
Pois você sumiu no mundo sem me avisar
E agora eu era um louco a perguntar
O que é que a vida vai fazer de mim?




La traducción (meramente referencial):

Ahora yo era el heroe
Y mi caballo solo hablava en inglés
La novia del cowboy eras tu además de las otras trés
Yo enfrentaba los batallones, los alemanes y sus cañones
Guardaba mi bodoque y ensayaba el rock para las matinées
Ahora yo era el rey
Era el bedel y era también el juez
Y por mi ley éramos obligados a ser felices
Y tu eras la princesa que yo quise coronar
Y eras tan linda de se admirar
Que andabas desnuda por mi país
No, no huyas, no
Finja que ahora yo era tu juguete
Yo era tu peonza
Tu animal preferido
Ven, dame la mano
Ahora ya no teníamos más miedo
En el tiempo de la maldad creo que
siquiera habíamos nacido.
Ahora era fatal que el haz-de-cuenta terminara así
Mas allá de ese jardín era una noche que no tiene más fin
Pues tu desapareciste en el mundo sin avisarme
Y ahora yo era un loco a preguntar
¿Qué es lo que la vida va a hacer de mí?


Años después, estaba Chico en gira por el Noreste de Brasil, la región de Sivuca, y allí recibe una cinta de un artista local, donde había grabada esta canción misma, solo que con una letra distinta, compuesta desde hacia muchos años. Chico supo, por esta vía, que su João y Maria había sido, en realidad, una versión para la melodía de Sivuca.

No hace falta decir que nadie conoce a la primera versión, y más bien que lo que compuso Chico nunca fue considerado una mera segunda opción, ni él el segundo en la genialidad de su carrera.

23 enero, 2007

orora analfabeta


Brasil es el país de la diversidad.
Humánamente, eso es una riqueza. Geopolíticamente, es una tragedia.
Bajo las plumas del carnaval de exportación, las playas y la cachaça, su pueblo sufre las agruras de siglos de explotación, desrespeto y marginalización: los ricos ante los pobres, los pobres ante los miserables, los poderosos ante todo el resto.
Puede que sea una autoafirmación colada de arte, puede que sea un artificio inconsciente, puede que sea la amargura de una gente que llora música, puede que sea la locura colectiva generada por el trópico: Brasil sigue exhalando felicidad.
La música popular brasileña asombra de atemporalidad – y de razón... Jards Macalé interpretaba en 1974, pero que podría haber sido compuesto hoy por la mañana, un samba de raíz el cual es un buenísimo ejemplo de lo que acabo de decir: bajo la belleza del arte que trata de la sencillez de la vida cotidiana, uno de los más grandes problemas sociales del país se convierte en sonrisas y baile. Sigue:


Orora Analfabeta
{Gordurinha/Nascimento Gomes}

Eu Conheci Uma Dona Boa Lá Em Cascadura
Grande Criatura Mas Não Sabe Ler...
E Nem Tampouco Escrever...
Ela É Bonitona, Bem Feita De Corpo
E Cheia Da Nota Mas Escreve Gato Com J
Escreve Saudade Com C
- ( Pra Você Ver ) -
Ela Me Disse Outro Dia Que Estava Doente
Sofrendo Do "Estrombo’’ Eu Levei Um Tombo
Caí Durinho Pra Trás
- ( Isso Assim Já É Demais ) -
Lê "Aribú","Arioplano"E "Motocicréta"
E Diz Que Adora "Fejoada Compréta’’
- ( Ela É Errada Demais ) -
Ví Uma Letra O
Bordada Em Sua Blusa, Eu Disse:
É Agora...
Perguntei Seu Nome, Ela Me Disse:
- Óróra... E Sou Filha Do Arinêu.
O Azar É Todo Meu.





*traducción (referencial):

He conocido a uma tia en Cascadura
Grande persona pero no sabe leer...
O tampoco escribir...
Ella es guapa, el cuerpo está bien
Y tiene un pastón, pero escribe 'gato' con la ‘j’
Escribe Saudade (echar de menos) con la ‘C’
- fíjate bien -
Ella me ha dicho otro día que estaba mala
Que sufría del ‘estrombo’ (estomago) y yo me caí de pronto
Me tumbé para tras
- Así ya es demasiado -
Dice ‘aribú’ (urubu), 'arioplano’ (aeroplano) y ‘motocicréta’ (motocicleta)
Y dice que le encanta la ‘feijoada compréta’ (completa)
- Ella está demasiado equivocada -
Miré su camisa
Estaba bordada la letra ‘o’, luego pensé:
- Ahora sí...
Pregunté su nombre, ella me dijo:
- ‘Óróra’ (Aurora)... Y soy hija de ‘Arinêu’ (Irineu).
La mala suerte es toda mía.

16 enero, 2007

critica de la razón ciudadana

Analizar la “opinión pública” no es posible sin que se vuelva los ojos a las premisas del “espacio público”, donde aquella nace y donde va a generar sus efectos. Los cambios estructurales del espacio público, partindo de los salones del siglo XVIII hacia el fenómeno del capitalismo tardío, han formado un nuevo orden social, cual sea, la “tecnocracia”.
Es la sociedad de la “ciencia” y la “técnica”, estas que se han convertido en ideologías (así como ya lo fueron en sociedades anteriores las religiones, los dogmas de derecho natural, etc.), y de las cuales emergen nuevos parámetros para una “acción comunicativa”, en la terminología de Habermas – las ideologías son inherentes a los espacios públicos y son el instrumento por el cual las normas son históricamente generadas, es decir, es la ideología de cada época la que trata de dotar de asentimiento el Poder, principiologicamente.
Pero, con efecto, la “ideología tecnócrata” es mucho mas impenetrable de que otras tantas del pasado (la doctrina del “justo cambio”, del capitalismo liberal, por ejemplo). Es lo que advierte Habermas {Técnica y Ciencia como Ideología, 2003}, cuando habla de la reducción de las decisiones publicas a una minoría, la “elite tecnócrata”, y lo que eso genera: el sabotaje de la propia estructura democrática, de la intersubjetividad y de la comunicación; la ideología tecnócrata, o tecnocrática, está basada en reglas que no exigen cualquier justificación, es decir, el gobernado ahora no más legitima el Estado, el Político no es más político, ese espacio público ya no más ofrece la libertad critica de que necesita el desarrollo de la opinión pública (es muy fácil comprender lo que eso quiere decir, simplemente si tomamos como ejemplo aquellos que se oponen al capitalismo: nunca se los darán oídos mientras contesten el gran dogma de la actualidad).
Aún que la sociedad democrática esté fundada, entre otros, en la libertad de expresión, es notable la deterioración de la opinión pública, de la legitimidad y de las normas - antes de primar por su substrato principiológico, la Justicia, cada vez más el Poder emana desde meras “reglas técnicas” que, sendo lo que es la lógica de las cosas, no se alteran por decisiones políticas, así que no existe, a rigor, a lo que legitimarse. El capitalismo hay porque lo hay. Justicia no está en juego.
Sin embargo, la opinión pública, rechazada y disminuida por nuevas ideologías y viejos dogmas, es una concepción perteneciente a incontables discursos (sendo ella misma un discurso), desde las teorías lingüísticas de Chomsky (la verdad a través de la capacidad semiótica de construir sentencias valorables entre los interlocutores), hacia la teoría política de Bobbio, del poder político laico.
Es a partir de esa laicidad que me atrevo a pensar que hay de haber, en la pragmática tecnócrata, la opinión publica, la ética y la libertad (en una coexistencia de todo obscura y sobresaliente, a la vez), y no sé si podría pensar de otra manera, ya que la opinión pública es el instrumento de evaluación de la "realidad" de una sociedad, así como es el dialogo que valora la verdad en cada uno, de nosotros ante nuestro reflejo.
En un sistema democrático, denegar la existencia de la opinión publica, o por lo menos no luchar por ella, es teratológico; ¡o bien no creamos en la democracia! O que no nos haga falta conocer a la realidad, lo que es dulce y lo que es amargo, lo que son ríos y lo que son puentes, la física, la metafísica... pues en la naturaleza del hombre reside el diálogo y me parece que debemos seguir creyendo y, en especial, luchando por la verdad que se cuenta en nuestro alrededor. Así, me afierro a la racionalidad y creo, como señaló Bovero {Laicidad y Democracia, 2002}, que es en el pensamiento laico donde reside el camino hacia la tolerancia.

Me parece mejor que termine con palabras más sabias que las mías, con una poesía de Borges, la cual leía hace poco, pues la creo apropiada a la reflexión:

“El principio

Dos griegos están conversando: Sócrates acaso y Parménides.
Conviene que no sepamos nunca sus nombres; la historia así será más misteriosa y más tranquila.
El tema del diálogo es abstracto. Aluden a veces a mitos de los que ambos descreen.
Las razones que alegan pueden abundar en falacias y no dan con un fin.
No polemizan y no quieren persuadir ni ser persuadidos, no piensan en ganar o en perder.
Están de acuerdo en una sola cosa: saben que la discusión es el no imposible camino para llegar a una verdad.
Libres del mito y de la metáfora, piensan o tratan de pensar.
No sabremos nunca sus nombres.
Esta conversación de dos desconocidos en un lugar de Grecia es el hecho capital de la Historia.
Han olvidado la plegaria y la magia.”

{Jorge Luis Borges, Obras Completas, 1989}

15 enero, 2007

changed.

"Who are YOU?" said the Caterpillar.

This was not an encouraging opening for a conversation. Alice
replied, rather shyly, "I--I hardly know, sir, just at present--
at least I know who I WAS when I got up this morning, but I think
I must have been changed several times since then."

"What do you mean by that?" said the Caterpillar sternly.
"Explain yourself!"

"I can't explain MYSELF, I'm afraid, sir" said Alice, "because
I'm not myself, you see."

"I don't see," said the Caterpillar.

"I'm afraid I can't put it more clearly," Alice replied very
politely, "for I can't understand it myself to begin with; and
being so many different sizes in a day is very confusing."

"It isn't," said the Caterpillar.

"Well, perhaps you haven't found it so yet," said Alice; "but
when you have to turn into a chrysalis--you will some day, you
know--and then after that into a butterfly, I should think you'll
feel it a little queer, won't you?"

"Not a bit," said the Caterpillar.

"Well, perhaps your feelings may be different," said Alice;
"all I know is, it would feel very queer to ME."

"You!" said the Caterpillar contemptuously. "Who are YOU?"

Which brought them back again to the beginning of the
conversation. Alice felt a little irritated at the Caterpillar's
making such VERY short remarks, and she drew herself up and said,
very gravely, "I think, you ought to tell me who YOU are, first."

"Why?" said the Caterpillar.

Here was another puzzling question; and as Alice could not
think of any good reason, and as the Caterpillar seemed to be in
a VERY unpleasant state of mind, she turned away.

"Come back!" the Caterpillar called after her. "I've something
important to say!"

This sounded promising, certainly: Alice turned and came back
again.

"Keep your temper," said the Caterpillar.

"Is that all?" said Alice, swallowing down her anger as well as
she could.

"No," said the Caterpillar.

Alice thought she might as well wait, as she had nothing else
to do, and perhaps after all it might tell her something worth
hearing. For some minutes it puffed away without speaking, but
at last it unfolded its arms, took the hookah out of its mouth
again, and said, "So you think you're changed, do you?"

(...)


{Lewis Carroll}

ya está

nuevos vientos
nuevas lenguas
nuevos sueños.

 

Roberta Gonçalves, 2007 - We copyleft it!